Este texto de Ernesto Sábato, titulado Inercia mental, pertenece a su primer libro de ensayos Uno y el universo. Se trata de un texto que nos permite reflexionar acerca de temas relacionados con la ciencia, las ideas y la política. En definitiva, se trata de reflexionar acerca de la gran aventura del pensamiento humano en todos sus aspectos.

El hombre común tiende a la conservación de sus ideas y convenciones. Pero el peor conservatismo es el engendrado por una revolución triunfante: el conservatismo que la precede es indeciso, agrietado, conciliador; no se cree en las nuevas ideas pero tampoco se confía mucho en las antiguas. En cambio, cuando una revolución triunfa se constituye un nuevo y rígido sistema de convenciones, que es muy peligroso discutir; en las revoluciones políticas, el apartamiento de la ortodoxia se paga con la vida o la libertad; en las del pensamiento, se paga con la burla o la acusación de locura. El hombre es partidario del triunfador. Por eso, cuando un movimiento revolucionario está en preparación o fracasa, sus hombres son bandidos (en el caso de la política) o locos (en el caso del pensamiento). Pero si triunfa, son prohombres o genios. Sobre un individuo ha estado así suspendido por instantes el calificativo de patriota o bandido en torno de algún puente que podía saltar antes o después de la columna revolucionaria. Es sintomático ver cómo se orientan los hombres débiles -es decir la mayoría- en las grandes convulsiones. Cuando Robert Mayer presentó sus ideas sobre la conservación de la energía, el profesor Poggendorff, ilustre filisteo, no quiso publicar su memoria, por considerar que ese hombre no sabía no sé qué fórmula de la física y porque, además, estaba loco. Un repudio oficial de este género es peligroso en cualquier parte, pero en Alemania era homicida: Mayer fue encerrado en un manicomio, donde intentó suicidarse. Cuando Lord Kelvin y otros físicos ingleses reivindicaron las ideas del médico alemán, el principio terminó por convertirse en uno de los pilares esenciales de la ciencia moderna, pero también en un nuevo fetiche popular. Desde luego, los pobres de espíritu fueron a partir de entonces sus más encarnizados defensores y se mofan de los nuevos Mayer que aparecen por ahí. El hombre es conservador. Pero cuando esa tendencia se debilita, las revoluciones se encargan de renovarla.


 

1 comment on “Inercia mental

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