Todos los que escribimos, de una u otra manera, hemos pasado en algún momento por una situación como la de este diálogo memorable. Publicar, primero, y vender ejemplares, después, no es algo que uno se proponga; sino más bien algo que simplemente ocurre. Hasta el mismo Joyce tuvo que soportar primero más de veinte rechazos editoriales, para luego vender muy pocos ejemplares de la primera edición de Dubliners. El siguiente diálogo, que no tiene desperdicio, está tomado del libro Memorias de un librero de Héctor Yánover e ilustra a la perfección el duro camino de los escritores noveles. Que lo disfrutéis…
El autor. (Entrando con un montón de papeles bajo el brazo) ¡Buen día!
Atilio. Buen día.
El autor. ¿Se acuerda de mí? Yo dejé ayer unos libros en consignación.
Atilio. ¡Ah, sí!
El autor. ¿No sabe si se vendió alguno?
Atilio. No sé, pregunte en caja.
El autor. (Se dirige a la caja, lo encara a González) Buenos días.
González. (Gesticulando y murmurando no contesta)
El autor. Buen día, señor.
González. Buen día, buen día, ya lo oí. ¿Qué se le ofrece? Si es por los libros diríjase a los vendedores.
El autor. Gracias (se dirige a Antonio) Buenos días.
Antonio. Buenos días. ¿Qué se le ofrece, señor?
El autor. Mire, yo dejé ayer unos libros en consignación, querría saber si se vendió alguno.
Antonio. ¿Cómo se llama?
El autor. Hugo de Soto.
Antonio. No, el libro.
El autor. Ah, Lixto Calixto.
Antonio. ¿Es poesía?
El autor. No, política, bah, una mezcla.
Antonio. ¿Y qué quiere saber?
El autor. Si se vendió alguno.
Antonio. ¿Cuándo lo dejó?
El autor. Ayer.
Antonio. ¿Ayer?
El autor. Sí.
Antonio. ¿A qué hora? Yo no lo vi.
El autor. Como a esta hora, más o menos. O no, un poco antes. Como a las dos.
Antonio. Vamos a ver (se dirige adelante). Sancho, ¿usted vio por aquí un libro que se llama Lixto Calixto que trajeron ayer en consignación?
Sancho. ¿Es poesía?
Antonio. No, es política. ¿Lo vio?
El autor. Una mezcla.
Sancho. Yo no lo vi. A lo mejor González sabe.
Antonio. No González no sabe (dirigiéndose a Fernández). Ché, ¿no viste un libro que se llama Lixto Calixto que trajeron ayer?
Fernández. No, no lo vi. ¿Es poesía?
El autor. Yo sólo quiero saber si se vendió alguno.
Antonio. No, no es poesía (se da vuelta). ¿Atilio?
Atilio. ¿Qué?
Antonio. No viste un libro que se llama Lixto Calixto?
Atilio. Sí, está en esa mesa.
El autor. Yo sólo quiero saber si se vendió alguno.
Antonio. Fijáte cuántos hay.
Atilio. (Se acerca y cuenta) Seis.
El autor. No puede ser. Yo dejé cinco.
Antonio. Fijáte bien, Atilio (se adelanta).
Atilio. (Vuelve a contar) Seis.
Antonio. (Cuenta, luego los mira uno a uno) Los pusieron arriba de este, ¿quién fue?
Atilio. Y… habrá sido José.
El autor. Yo sólo quiero saber si se vendió alguno.
Antonio. No, no se vendió ninguno. ¿No ve que están los cinco? (Se los muestra).
El autor. Ah, bueno, perdone. Volveré otro día. Hasta pronto (sale).
Antonio. Hasta pronto.
González. Qué tipo cargoso, ¿no?
0 comments on “Historias de libros, autores y libreros…”