Literatura

La insoportable levedad del ser

Hoy toca Literatura; sí con mayúscula. Si te gusta leer, no pierdas el tiempo; ve directamente a los grandes libros. Si no te gusta, es momento de empezar; y éste puede ser un buen punto de partida. Leí «La insoportable levedad del ser» hace unos años y lo recuerdo como el mejor libro que haya leído jamás. No sólo por la historia, sino (sobre todo) por esa prosa delicada y exquisita con que está escrita que te permite saborear cada palabra, cada oración, cada párrafo. Después de leerla me di cuenta que todas mis aspiraciones literarias quedarían satisfechas si lograra escribir una sola página de esa magistral novela de Milán Kundera.

Milan_Kundera

Al arrancar una fruta del árbol podemos saborearla, disfrutarla, ofrecerla; pero ya no es la fruta en el árbol, es otra cosa. Ninguna gran obra puede ser resumida, sintetizada, troceada; aun así correré el riesgo de compartir con vosotros algunos fragmentos de esta gran novela con la esperanza de que el recuerdo los emocione o que la curiosidad los lance sobre ella. En cualquier caso, estoy seguro, no os arrepentiréis.

Por supuesto, hasta ahora no había sido consciente de ello: el objetivo hacia el cual se precipita el hombre queda siempre velado. La muchacha que desea casarse, desea algo totalmente desconocido para ella. El joven que persigue la gloria no sabe qué es la gloria. Aquello que otorga sentido a nuestra actuación es siempre algo totalmente desconocido para nosotros.

Para Sabina, vivir en la verdad, no mentirse a uno mismo, ni mentir a los demás, sólo es posible en el supuesto de que vivamos sin público. En cuanto hay alguien que observe nuestra actuación, nos adaptamos, queriendo o sin querer, a los ojos que nos miran y ya nada de lo que hacemos es verdad. Tener público, pensar en el público, eso es vivir en la mentira.

La_Insoportable_Levedad_del_Ser

Cenaron, subieron a la habitación, hicieron el amor y a Franz se le confundían las ideas en el umbral del sueño. Se acordó de la ruidosa música durante la cena y pensó: «El ruido tiene una ventaja. No se oyen las palabras.» Se dio cuenta de que desde su infancia no hace otra cosa que hablar, escribir, dar conferencias, inventar frases, buscar expresiones, corregirlas, de modo que al final no hay palabras precisas, su sentido se difumina, pierden su contenido y se convierten en residuos, hierbajos, polvo, arena que vaga por su cerebro, que le duele en la cabeza, que es su insomnio, su enfermedad. Y en ese momento sintió el anhelo, oscuro y poderoso, de una música inmensa, de un ruido absoluto, un bullicio hermoso y alegre que lo abrace, lo inunde y lo ensordezca todo y en el que desaparezca para siempre el dolor, la vanidad y el nihilismo de las palabras. ¡La música, la negación de las frases, la música, la anti-palabra! Anhelaba estar durante mucho tiempo abrazado a Sabina, callar, no decir ya nunca más una sola frase y dejar que el placer se funda con el estruendo orgiástico de la música. En medio de aquel feliz ruido imaginario se durmió.


Nací en Buenos Aires, Argentina. Me Doctoré en Física en la Universidad de Buenos Aires en 2001. Soy científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y fundador y director del Programa Mestizajes, cuyo propósito es explorar y transitar las fronteras entre Arte, Ciencia y Humanidades. He publicado el libro de relatos "El otro lado" y soy co-autor de la obra de teatro "La entrevista / The interview". Web personal

4 comments on “La insoportable levedad del ser

  1. Juan Arturo Rubio Arostegui

    Hola Gustavo. Leo tu Blog aunque no participe, no por pereza si no por la vida que llevamos. Pero ahora mismo, he tenido que hacer un paréntesis en la corrección de Trabajos de Fin de Grado, para decirte que comparto que esa novela es lo mejor que he podido leer. No soy un apasionado de la literatura, pero cuando la leí a los veintipocos me pareció un texto con una arquitectura y un pensamiento tan brillantes. Creo que se hizo una película pero nada que ver… es imposible yo creo trasladar al lenguaje cinematográfico esa trama de gusano de seda que teje la novela de Kundera. El texto que has copiado es fantástico sobre el sentido de nuestra /cada vida.
    Un abrazo,

    • Gracias, Juan Arturo, por tu comentario. Es verdad, llevamos una vida demasiado frenética. Pero cada tanto hay que forzarse a parar y a disfrutar de un buen trozo de este mundo. Una película, un libro, una charla con amigos. Procuremos hacerlo. Un abrazo, G/

  2. 24/6/2013
    Que bueno lo que escribiste. Lei la novela, me encantó.

  3. Sin ninguna duda, un libro extraordinario. Como bien dices, Literatura con mayúscula

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