En una escena memorable (como casi todas las escenas) de Amelie, ella se divierte con preguntas tontas sobre el mundo de abajo como por ejemplo, ¿cuántas parejas están teniendo un orgasmo en este instante? El planteo casi existencialista (o más bien patafísico) de Amelie puede encontrar hoy una respuesta que supera con creces las expectativas iniciales de esta interrogación metafísica. La aplicación para iPhone y Android «I just made love» (IJML) le habría permitido a Amelie no sólo saber cuántas parejas estaban teniendo un orgasmo sino también dónde, cómo y con quién. IJML le permite a los usuarios compartir en la red sus experiencias sexuales incluyendo detalles acerca de la(s) postura(s), el lugar del encuentro amoroso (casa, coche, parque, etc.) y el sexo (propio y de la pareja). Si además el usuario habilita la función GPS, la aplicación crea un mapa sexual que puede consultarse a través de la web. La situación actual en París es la siguiente:
Además de Amelie, el que habría estado encantado con esta aplicación habría sido Alfred Kinsey. Kinsey (cuya historia fue llevada al cine por Bill Condon en una excelente película) fue un pionero en el estudio del comportamiento sexual humano. En la década de los 40´ inició en la Universidad de Indiana una investigación sexual a partir de la información que le brindaban sus propios alumnos. Tras una gran polémica, y para evitar presiones por parte de la Universidad, fundó en 1947 el Instituto Kinsey dedicado a la investigación sexual. A partir de unas 5300 entrevistas con hombres de raza blanca, Kinsey publicó en 1948 un informe sobre el comportamiento sexual en el hombre que provocó un gran revuelo en la sociedad norteamericana. En 1953, a partir de otras tantas entrevistas a mujeres de raza blanca, publicó un informe sobre el comportamiento sexual en la mujer. Si bien una aplicación como IJML no puede reemplazar la minuciosidad de una entrevista, sin duda que a Kinsey le hubiera gustado contar con ella.
Más allá del éxito (o fracaso) de esta aplicación en particular, me parece oportuno reflexionar acerca de cómo las nuevas tecnologías nos pueden permitir el estudio de ciertas cuestiones que hasta ayer podían parecer nimias o inabordables. Seguramente IJML fue diseñada para la diversión, el cotilleo y el cachondeo, pero aun así podemos verla como la versión 1.0 de un estudio sobre el comportamiento sexual humano a gran escala. En este sentido hay dos cuestiones en las que internet puede ser de gran ayuda: 1) el volumen de información y 2) el anonimato. Tenemos hoy acceso a una cantidad de información como nunca antes en la historia de la humanidad. Basta comparar las 5300 entrevistas que hicieron Kinsey y su equipo en un año con los más de 265000 encuentros reportados en IJML en el mismo período. Un tema importante para que este tipo de estudios tenga alguna posibilidad de éxito es el del anonimato. IJML requiere darse de alta con una cuenta de email y otros datos personales que pueden echar para atrás a más de uno(a).
Los investigadores del comportamiento humano (sexual o no) disponen hoy por hoy de una herramienta de incalculable valor que sabiamente utilizada puede reportar una cantidad y una calidad de información nunca antes imaginada. Confiemos en que sean ocurrentes y sepan aprovecharla.
Alguien sabe si esta película esta en Internet o en un lugar que no se tenga que pagar o Netflix?