Después de haber estado durante meses dando la lata con el tema de la obra de teatro «La entrevista» creo que amerita un breve epílogo de semejante aventura. No haré un análisis crítico de la obra ni tampoco una evaluación de su «éxito»; no me corresponde a mí hacerlo. Me limitaré, en cambio, a un relato más subjetivo y personal de lo ocurrido.

Fueron en total 18 meses de intenso trabajo. Partíamos de cero y debíamos estrenar una obra en el teatro más importante de San Sebastián. Visto con retrospectiva, parece una locura. Y por suerte lo fue. Se trató de una de esas locuras en las que te embarcas a veces en tu vida sin tener muy claro adónde van a llevarte. Y eso es precisamente lo que las hace atractivas, que no sabes dónde vas a acabar ni cómo va a salir todo. Confías en tu instinto y te lanzas. Alguna vez leí por ahí algo así como «Rodéate de gente mejor que tú». Y eso fue lo que hice. Tuve la suerte de compartir la escritura del texto con Luisa Etxenike. Tuvimos la suerte de confiar la dirección de la obra a Pablo Viar (y su equipo). Tuvimos la inmensa fortuna de contar con el apoyo institucional y económico del DIPC y de Euskampus, con Pedro Echenique e Igor Campillo a la cabeza. De todos ellos aprendí muchísimo.

Entrevista

Fotograma de una escena de La entrevista

 He vivido y disfrutado con una intensidad inusual cada una de las etapas del proceso. Desde la escritura del guión hasta la puesta en escena; desde diseñar el programa de mano hasta negociar el alquiler del teatro; desde diseñar parte de la escenografía hasta elaborar el presupuesto de la obra. He tenido la inmensa suerte de poder presenciar los ensayos y todo el proceso de la puesta en escena. He podido ver, paso a paso, cómo unos primeros trazos dubitativos en un papel iban conformando una historia, cómo esa historia iba cobrando vida en unos personajes interpretados por Aitor Mazo y David Luque y cómo todas las piezas encajaban en la maravillosa puesta en escena llevada a cabo por Pablo Viar y su equipo. Durante la semana previa al estreno pude contemplar cómo cada parte del conjunto iba colocándose en su sitio; cómo la luz iba buscando su punto y la música compuesta por Fernando Velázquez iba llenando la sala y daba vida a unas ecuaciones dibujadas sobre una pizarra.

Ha sido para mi una experiencia única e inolvidable de la que he aprendido muchísimo y de la que he salido totalmente transformado. Esta aventura de mezclar Teatro y Ciencia me ha convencido no sólo de que el Mestizaje es posible sino de que es necesario e imprescindible. Es precisamente en la frontera entre disciplinas donde surge lo realmente nuevo y transformador. Como dice uno de los personajes en la obra: «He tenido momentos de verdadera felicidad científica». Y ya antes del saludo final, un agradecimiento muy personal y especial a Silvina y a Julieta por haberme aguantado todo este tiempo y por haberme apoyado en todo momento. Gracias a todos, de verdad!

Saludo final


3 comments on “La entrevista – Conclusiones

  1. Me alegro mucho de tu éxito personal, porque si has salido transformado y enriquecido sólo se puede hablar de éxito.
    Ojalá esto no sea más que el principio y podamos disfrutar de la obra (u obras) en más lugares.
    un abrazo
    Diego

    • Gracias, Diego! Efectivamente, desde el punto de vista personal, ha sido un éxito. Pero además, la obra ha quedado muy bien. Y sí, esto es sólo el principio. Intentaremos que la obra pueda rodar por ahí y quién te dice… en unos meses estamos por Madrid. Pero como me gusta decir: mejor no planificar tanto y dejarse llevar. Un abrazo,G/

  2. Yo leí el guión, me gustó mucho!!
    Me encantaría ver la obra.
    Felicitaciones!!!

    Rosa

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