¿Es posible que el cuerpo controle la mente? ¿Es posible que ciertas posturas corporales estimulen determinadas maneras de pensar? ¿O es exactamente al revés? Pues resulta que en los últimos años ha estado ganando fuerza un nuevo paradigma acerca del funcionamiento de la mente que considera el cuerpo como la base de nuestra vida mental.
Que el lenguaje corporal transmite información cuando nos comunicamos con otras personas, no es nada nuevo. Lo que sí es más novedoso, es el hecho de que ese mismo lenguaje corporal sirva para hablarnos a nosotros mismos o que nos condicione a pensar de determinadas maneras. Algunos estudios recientes muestran la importancia de la postura corporal a la hora de abordar mentalmente ciertos problemas. Parece que ciertas posiciones del cuerpo favorecen determinados tipos de pensamiento. En problemas mentales que implican mecanismos (tenemos cinco engranajes alineados; si el primero gira en sentido horario, ¿en qué sentido gira el quinto?) utilizaremos una estrategia motora-perceptual, si podemos mover libremente las manos (¿quién no ha girado el dedo índice después de leer el enunciado del problema?); mientras que si por algún motivo el movimiento de nuestras manos está impedido, utilizaremos una estrategia matemática, abstracta. La posición de las manos determina el tipo de estrategia mental a utilizar. Otros estudios muestran que la percepción y la atención dependen de cuán cerca estén nuestras manos del objeto que estamos observando. Los objetos sobre los que posamos las manos (o que están cerca de ellas) tienen mayor prioridad tanto en la atención como en la percepción. Como si todo esto fuera poco, un tercer estudio muestra que la gesticulación durante el aprendizaje de un nuevo concepto, refuerza el recuerdo del mismo. Así que maestros ya sabéis: ¡Dejad que los niños gesticulen!
Es interesante recordar aquí que gran parte de la ciencia de comienzos del siglo XX se hizo caminando. Son famosos los largos paseos de Bohr y Heisenberg por Copenhague que permitieron establecer los principios de la mecánica cuántica. O los paseos de Einstein y Gödel por los jardines de Princeton mientras discutían cuestiones relacionadas con la relatividad general. No sé si alguien habrá investigado la relación entre caminar y pensar, pero aquellas caminatas transformaron definitivamente la ciencia del siglo XX. No creo que se trate solamente de tomar un poco de aire, o de distraerse de la rutina del despacho; creo que hay en el caminar un ritmo, una cadencia, que necesariamente tienen que repercutir en nuestra manera de pensar. Pero esto ya lo dejo para los neurocientíficos.
Mientras pienso la siguiente línea de este post me sujeto la cabeza con la mano; escribo estas palabras y vuelvo a pensar; esta vez la mano va a la perilla. Tecleo lo que se me ocurre o lo que me pasa, ya no tengo claro que va primero. Me detengo un momento y mi sien se apoya sin pensarlo sobre los dedos pulgar e índice de mi mano derecha. Comienzo a creer que no es posible pensar sin sostenerse la cabeza (o al menos sin tocarse la cabeza con las manos), sin tener las manos cerca de la cabeza. ¿Habrá estudios al respecto? ¡Un momento! Esto ya lo vi antes en otro lado… pienso, pienso (otra vez la cabeza apoyada sobre mis manos), parezco el pens… ¡Eso es… Rodin; otra vez Rodin! No puede ser casualidad que el pensador de Rodin se sujete la cabeza mientras piensa. Rodin ya lo había intuido. Y es que el conocimiento puede expresarse de muchas maneras; y una de esas maneras es a través del arte.
Me asalta entonces la duda inevitable: ¿Habrá sido el único? ¿Se trata de una casualidad? Entro en Google Imágenes y tipeo «gente pensando» o «people thinking» y entonces mi intuición se confirma: más de un 70% de las imágenes (sin ningún tipo de selección) muestran personas tocándose la cara o la cabeza con la(s) mano(s). Busco fotografías, óleos, hasta una imagen de un mono. El óleo pertenece a Greg Evans y podría titularse «Autorretrato»; sin embargo el artista eligió titularlo «I´m thinking». Con respecto al mono, sinceramente no sé qué estaría haciendo, pero tiene toda la pinta de estar pensando.
Y para cerrar el post me gustaría despedirme con la confirmación inequívoca de mi intuición acerca de que «a la hora de pensar es mejor llevarse la mano a la cabeza». Voy a recurrir esta vez a un artista de la tecnología. Él sabía exactamente lo que hacía y lo que significaba esa pose. Esa mano izquierda podría no estar allí y sin embargo está. Y estoy absolutamente convencido de que, obsesivo como era, tuvo que haber sido él quien eligió la foto para la portada de su biografía. La única duda que me queda es: ¿En qué estaría pensado Steve Jobs cuando le tomaron esta foto?
Muy bueno.
De mi cosecha añadiría la postura que nos ha llegado de Oriente, ideal para dejar la mente en blanco y relajarla (como si te pudiera entrar una katana por la coronilla, atravesar el cuerpo y salir por el periné), o el mero hecho de fijarse en la propia respiración, que le permite a uno ser más consciente de lo que sucede alrededor.
Es cierto. Me he enfocado sólo en ejemplos «occidentales» y en cuestiones más conceptuales (o intelectuales). Pero sin duda que hay un mundo allí fuera del que aprender, y no sólo me refiero a Oriente. Estoy seguro que las (mal llamadas) «tribus primitivas» tienen mucho que enseñarnos con respecto a la relación cuerpo-mente. Aunque no puedan explicarlo sin duda que saben utilizarlo. Un abrazo, G/
Mente y cuerpo son categorías culturales que pueden variar según la cultura o el momento histórico en que se empleen, y evidentemente la relación entre ellas puede ser de lo más interesante. Me ha gustado la sugerencia sobre la postura del «pensador». Yo también he reflexionado un poco sobre los valores expresivos, culturales, anatómicos, políticos, etc. de algunas posturas y es una materia creo que poco tratada y que puede ofrecer grandes avances al conocimiento de nosotras mismas. Algo de todo ello he ido volcando el mi blog lineasdelcuerpo.blogspot.com.es/ por lo que invito a ojearlo a quien comparta este interés. Gracias Gustavo
Gracias Félix por tu comentario. Me parece muy interesante la cartografía de posturas corporales que estás haciendo en tu blog. Lo miraré con frecuencia ya que me interesa el tema y no hay mucho al respecto. Si te interesa, puedes ver una charla TED que habla acerca de cómo el cuerpo moldea el cerebro. Un abrazo, G/
Estoy segura de que las posturas corporales pueden moldear la mente. Aprendi con el yoga que si caminas com el pecho abierto, hombros para tras y cabeza erguida, respiras mejor, el pulmon absorbe más aire y la consecuencia es una mejor oxigenacion de todo el cuerpo. Luego te sientes mejor y tienes más pensamientos positivos, ya que estás abierto para la vida…así de sencillo.
Qué bueno sería si supieramos de más «truquillos» como este.
Enhorabuena por el blog.
un saludo,
Clarissa
Gracias, Clarissa, por tu comentario. Esto del «embodiment» recién está dando sus primeros pasos. Seguramente no dejaremos de sorprendernos en los próximos años con nuevos datos. Un abrazo, G/