En uno de esos capítulos memorables de Rayuela, el Capítulo 34, Cortázar entrelaza con absoluta maestría dos discursos simultáneos: uno, lo que Oliveira está leyendo en la habitación de la Maga y otro, lo que piensa acerca de su relación con la Maga y de lo que está leyendo. Hacia el final del capítulo, cuando los dos discursos se funden en uno, Cortázar menciona una analogía entre los movimientos de la Maga y Oliveira y el movimiento browniano (él le llama brownoideo); el capítulo concluye así:
… y poquito a poco, Maga, vamos componiendo una figura absurda, dibujamos con nuestros movimientos una figura idéntica a la que dibujan las moscas cuando vuelan en una pieza, de aquí para allá, bruscamente dan media vuelta, de allá para aquí, eso es lo que se llama movimiento brownoideo, ¿ahora entendés?, un ángulo recto, una línea que sube, de aquí para allá, del fondo al frente, hacia arriba, hacia abajo, espasmódicamente, frenando en seco y arrancando en el mismo instante en otra dirección, y todo eso va tejiendo un dibujo, una figura, algo inexistente como vos y como yo, como los dos puntos perdidos en París que van de aquí para allá, de allá para aquí, haciendo su dibujo, danzando para nadie, ni siquiera para ellos mismos, una interminable figura sin sentido.
Me pregunto si habrá algún tipo de movimiento (como el browniano) que permita describir los encuentros y desencuentros de dos amantes. O quizás existan diversos tipos de movimiento, donde cada tipo podría indicar la clase de relación entre las dos personas. No es difícil de imaginar. Si la distancia entre los dos integrantes de la pareja permanece siempre constante, entonces la relación es del tipo «perrito faldero«. Si la distancia es tal que nunca disminuye de un cierto valor, entonces se trata de «amor platónico». Y así podríamos continuar con la lista.
El movimiento browniano consiste en el movimiento aleatorio que se observa para algunas partículas en un líquido, producido por el bombardeo incesante de las moléculas del mismo debido a la agitación térmica. Lo que Cortázar quizás no supiese es que este tipo de movimiento se aplica más a sistemas inertes (pequeñas partículas) que a seres vivos. De hecho en los seres vivos su eficacia es bastante pobre. Éstos utilizan en cambio otro tipo de movimiento denominado Vuelo de Lévy. Según Wikipedia,
Cuando los tiburones y otros depredadores del océano no pueden encontrar alimento, abandonan el movimiento browniano, el movimiento al azar visto en moléculas de gas, por el vuelo de Lévy – una mezcla de trayectorias largas y movimientos al azar cortos encontrados en líquidos turbulentos. Los investigadores analizaron más de 12 millones de movimientos registrados durante 5.700 días en 55 animales marcados con un radio transmisor de 14 especies depredadoras del océano en los Océanos Atlánticos y Pacífico, incluyendo tiburones sedosos, atún de aleta amarilla, aguja azul y pez espada. Los datos mostraron que los vuelos de Lévy entremezclados con el movimiento browniano pueden describir los patrones de caza de los animales.
Me pregunto si el patrón de caza de los animales será el mismo que el de una persona dispuesta a conseguir pareja a cualquier precio. ¿Podemos hablar de «ligón» (o «ligona») si observamos que una persona en una fiesta abandona el movimiento browniano por un vuelo de Lévy? ¿Son los(las) ligones(as) depredadores de la noche?
Pareciera que el vuelo de Lévy optimiza las chances de éxito en una caza (¿de cualquier tipo?). Quizás Cortázar sí lo intuía de alguna manera y la analogía con el movimiento browniano, con ese azar puro que mueve partículas inertes de aquí para allá, haya sido premeditada, agregando de esta manera una carga de dramatismo adicional a la ya tormentosa relación entre Oliveira y la Maga.
Pingback: MOVIMIENTO BROWNIANO | Esther Zorrozua
una vida haría falta para completar la idea que intenta explicarnos con genialidad Cortázar, leer tanto, analizar, desmenuzar en ideas simples de comprender y siempre estará la duda de que lo que damos por un tema comprendido, se trastoca en difuso, escuchando, leyendo, dialogando otras explicaciones y conclusiones tan buenas o mas que las mías… Gracias!!!! Cortázar por hacerme pensar, ya eso es un merito grande…
Uno de los valores de las grandes obras literarias radica precisamente en la multiplicidad de lecturas. Cortázar es uno de esos autores cuyos textos permiten inagotables lecturas. G/
Quizas Cortázar lo utilizó como una metafora, de ese modo, no solo de pueda dar en objetos inanimados, sino, también en personas. Más adelante se ve también otra figura literaria: un simil o comparación, en la particula «algo inexistente como vos y yo»… las figuras literarias fueron hechas para embellecer los textos, enriquecerlos y en eso el maestro Cortázar nunca se quedó corto. Saludos.