¿Son los escritores unos psicóticos y unos paranoicos? ¿Están relacionadas la creatividad y la psicosis? Pues bien, parece que la respuesta a ambas preguntas es, en alguna medida: Sí. El otro día, hojeando un libro sobre el funcionamiento del cerebro me encontré con la siguiente tabla que compara el grado de ciertos estados mentales en cuatro grupos de personas: adultos de control, escritores de éxito, escritores altamente creativos y pacientes con psicosis.
Es sorprendente cómo la creatividad está fuertemente ligada a altos niveles de paranoia, histeria, psicosis y otros aspectos que solemos tipificar como patologías o desordenes mentales. Si bien los escritores altamente creativos no alcanzan los niveles de pacientes psicóticos, sus características mentales se diferencian claramente de las del resto de los mortales. Creatividad y psicosis parecieran estar vinculadas. Cabe entonces preguntarnos si comparten acaso las mismas bases neuronales. Aparentemente, el vínculo entre creatividad y psicosis tiene que ver con una característica mental llamada inhibición latente. La inhibición latente consiste en la capacidad de filtrar ciertos estímulos que no consideramos necesarios para nuestra supervivencia o nuestras necesidades prácticas. Vivimos bombardeados por estímulos externos y nuestro cerebro no puede responder a semejante cantidad de información; la inhibición latente es una manera ingeniosa de filtrar esa información para quedarnos con lo que realmente resulta imprescindible. El costo de este mecanismo, claro está, es la pérdida de cierta cantidad de información. Renunciamos a no entender todo, a cambio de comprender algo. Las personas con un umbral de inhibición latente más bajo de lo normal, son capaces de recibir más estímulos externos; disponen por lo tanto de más información. Ahora bien, dependiendo de cómo estas personas puedan procesar toda esta información adicional, la disminución de la inhibición latente puede derivar en creatividad o en psicosis. Parece ser que la combinación de inteligencia, buena memoria de trabajo y baja inhibición latente, desemboca en una alta creatividad. Por el contrario, personas con escasa capacidad intelectual y bajo umbral de inhibición latente serían más propensas a padecer síntomas psicóticos. Así que ya sabéis: para ser creativos, una buena dosis de psicosis pero sin exagerar; y a estar atentos, que más información es mejor, pero demasiada puede volvernos paranoicos.

Hace ya muchos años que me impresionó la obra de Christian Délacampagne «Pisquiatría y opresión» (Ed. Destino). El autor, que luego supe que pertenecía al movimiento francés de Antpsiquiatría, expone que la creatividad es siempre fruto de una psicosis y que si esta consigue metamorfosearse en obra creativa, con ella desparece.
Y es que la creatividad tiene siempre un origen emocional, pero luego al imponerse la metodología creativa pasa al terreno de lo racional, porque para comunicar bien la idea, hay que planificar. Y este es el nivel más elevedao del cerebro porque precisa coordinar conocimientos y habilidades.
Soy autora de «Creatividad y comunicación». Ediciones ECU.
He sido profesora de la Escuela Elisava de Barcelona y comentarista de arte en Barcelona y en París.
M. D. Muntané
http://www.mdmuntane.com