Literatura

Cronopios y Famas

Un humilde homenaje al maestro

Cuando los cronopios compran un coche no leen y releen las cláusulas del contrato ni se fijan en el color de la pintura ni en los kilómetros que tiene ni si hace ruidos raros ni si tiene o no aire acondicionado. Pagan lo que les piden confiando en la honestidad del futuro ex-titular del vehículo, se suben al coche y se ponen contentos de que arranca al encenderlo y que se mueve al apretar el acelerador y de que dobla a izquierda o derecha al girar el volante en esa dirección. Cantan para acompañar los ruidos del coche y bajan las ventanillas si hace calor y las suben y se abrigan si hace frío. Cuando los cronopios viajan por la ruta saludan alegremente a todos los coches que los sobrepasan o se hacen luces con los que vienen de frente. Aprovechan cada rotura del motor para conocer la zona donde el coche los ha dejado y para tomarse unos mates con los mecánicos del taller y conocen así muchos lugares exóticos y personas afables.

Cuando los famas compran un coche éste nunca es usado. Visitan cientos de concesionarias buscando mejores y mejores precios y condiciones, colores y equipamiento. Leen y releen las características del motor, el equipamiento, la aceleración de cero-a-cien, de cero-a-cuatrocientos, el consumo de combustible en ciudad, en ruta y mixto. Y luego navegan por Internet intentando mejorar aun más los precios y condiciones. Y el coche que les gusta siempre es más caro de lo que pueden pagar y el que pueden pagar les parece poca cosa y se torturan pensando que se merecen el caro y finalmente, resignados, deciden comprar el que pueden pagar aunque no tenga ABS ni SED ni DFG ni FQX ni ZVP y sufren por eso. Luego leen hasta el hartazgo las condiciones del contrato y luego de enseñar muchos documentos firman originales, copias y triplicados. Se suben al coche y no se sorprenden de que éste arranque al encenderlo; la dirección asistida no les permite notar la rudeza del camino y las ventanillas cerradas evitan que se escape el aire acondicionado y que entren gérmenes extraños en el impoluto habitáculo. Los coches que compran los famas nunca se rompen y los llevan eficientemente al destino programado evitando así la posibilidad de conocer extraños parajes o grotescos personajes. Los famas viajan felices y contentos en su nuevo coche hasta que un día cualquiera, en una autopista cualquiera, a cualquier hora y en cualquier kilómetro, un coche con ABS, SED, DFG, FQX y ZVP los sobrepasa y entonces los famas recuerdan sus limitaciones y se entristecen.


 

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