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El proyecto KEO (2/2)

En el post anterior comenzamos a hablar del Proyecto KEO. Cerramos hoy la presentación de este maravilloso proyecto con una serie de reflexiones acerca de lo que significa conocernos y reconocernos; ir al encuentro del otro y al mismo tiempo pensar en un nosotros que nos incluya a todos. Os dejo con la segunda y última parte del Proyecto KEO.

Una invitación a la reflexión

¿Qué implica escribir un mensaje? Escribir un mensaje para que alguien lo lea dentro de 50.000 años es una invitación a reflexionar acerca de nosotros mismos como personas y como especie; es alejarnos de nuestros problemas diarios, para permitirnos pensar de otra manera, interrogarnos de forma diferente, testimoniar, soñar con nuevos valores, definir mejor nuestras expectativas y aspiraciones; es fomentar otro tipo de reflexión personal de manera que se recurra, en el fuero interno de cada uno, a la imaginación, la conciencia, la íntima convicción, más allá de la razón que no puede en cualquier caso ser un apoyo o una guía en tal distancia-tiempo. Escribir un mensaje es, en definitiva, intentar una respuesta íntima y personal a las preguntas más importantes y antiguas que la humanidad se haya formulado: ¿Quiénes somos? ¿Qué esperamos de nosotros? ¿De dónde venimos y hacia donde vamos?

A diferencia de los demás satélites con vocación militar, científica o comercial lanzados al espacio, KEO semejante a un ave estilizada, está dotado de dos alas: así toma sitio dentro de la mitología y en la simbología de las grandes aves míticas. A pesar de ser un satélite pasivo (sin fuente de energía, mecanismos o electrónica) sus alas se batirán en un aleteo simbólico gracias a la utilización de materiales con memoria de forma. Estas aleaciones metálicas tienen la capacidad de adoptar diferentes formas preestablecidas según determinadas temperaturas; de esta manera cada vez que las alas de KEO alcancen una temperatura determinada tendrán una forma preestablecida diferente. KEO utilizará la diferencia de temperatura entre la sombra y el pleno sol para poder, en el curso de su vuelo alrededor de la Tierra, extender “naturalmente” sus alas cuando encuentre los rayos del sol y plegarlas cuando penetre en el cono de sombra de la tierra. Durante algunos años, el aleteo de KEO podrá observarse desde la Tierra a través de los grandes telescopios.

La ofrenda

Pero KEO no sólo llevará nuestros mensajes, será una especie de ofrenda arqueológica que la humanidad se hará a sí misma. Cuando regrese a la Tierra su aspecto exterior será el de una esfera de titanio, de unos 45 centímetros de diámetro, grabada en el exterior con la imagen de la Tierra en su estado actual: los contornos actuales de los mares y de los continentes, regiones ocupadas por los hombres, tierras vírgenes, localización de las principales megápolis… . Al abrirlo, los descubridores encontrarán más regalos, un diamante con cuatro incrustaciones: una gota de agua de los océanos, una burbuja de aire de nuestra atmósfera, una pizca de tierra fértil y una muestra de la doble hélice de ADN.

A bordo de KEO, nuestros lejanos descendientes descubrirán una lámina de vidrio grabada con retratos de hombres, mujeres y niños representativos de las diferentes etnias actuales, que se fundirán al filo de los mestizajes amorosos o habrán desaparecido para entonces. Un reloj astronómico, consistente en una lámina de vidrio grabada con la posición de los planetas del sistema solar al día del despegue de KEO, les permitirá a nuestros lejanos descendientes conocer la fecha del lanzamiento. Una misma configuración planetaria sólo se repite cada 200 millones de años.

Nuestros descendientes encontrarán unos cien dibujos grabados en los discos de vidrio con las indicaciones que les permitirán descifrar nuestros mensajes y entender su sentido. Como en la piedra Roseta, las instrucciones y los mensajes de “ajuste” serán redundantes para facilitar su comprensión. En forma de una primera pila de discos de vidrio grabados, nuestros descendientes encontrarán, como en la Biblioteca de Alejandría de los antiguos, un informe del estado del planeta al día del lanzamiento de KEO: estado de los conocimientos, descripción geopolítica del mundo actual, catálogo de las especies vegetales y animales, músicas del mundo, imágenes de las artes a lo largo de los últimos milenios, etc. por medio de textos escritos, de imágenes, de secuencias de vídeo y de sonidos. La segunda pila de discos contendrá nuestros mensajes.

Conocernos y reconocernos

Una vez que KEO haya sido puesto en órbita alrededor de la Tierra, todos los mensajes –guardados anónimamente en una copia conservada en la Tierra- estarán disponibles en Internet, en libre acceso (según ciertos protocolos, aún no definidos, que impidan cualquier utilización no ética). Como una huella digital, cada experiencia humana es por esencia única. En este sentido, cada mensaje, independientemente de su contenido, tendrá un valor incalculable pues entrega una esperanza, un poema o un momento de la vida de cada día. ¿Qué habrá escrito cada uno en sus 4 páginas de libertad para influir sobre el mundo de hoy? ¿Qué era lo más importante qué quería transmitir? ¿Qué legado querrá dejar de sí mismo a la posteridad? Gracias a este intercambio de mensajes, cada uno podrá conocer en el sitio de KEO la palabra del prójimo. Así, por primera vez en la historia de la humanidad, cada uno podrá compartir con el resto de la humanidad sus pensamientos, incluidos los de aquellos a los que habitualmente no se oye nunca. “¿Qué dijiste? ..tú jefe de una aldea de la sabana, tú niño de la favela, tú patriarca, tu madre de familia, tu joven enamorada, tu parado, tu premio Nobel, tu poeta,…» Conocer nuestros interrogantes, preocupaciones, expectativas y compartirlas, podría suscitar un deseo nuevo de ir al encuentro del Otro, de iniciar el diálogo y también de proseguir juntos esta reflexión sobre nuestro porvenir y nuestras responsabilidades frente a las generaciones del mañana. El tiempo dirá si ha valido la pena.

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2 comments on “El proyecto KEO (2/2)

  1. margarita pagano

    el proyecto KEO me emociona, Recuerdo haber visto hace varios años a una antropòloga española levantar de las profundidades de una cueva el craneo de un niño Neanderthal y besarlo en la frente. Recuerdo tambièn haberme puesto a llorar de emociòn ,,,y respeto, mucho amor y respeto por quienes estuvieron aquì antes que nosotros.Asì quisiera que reciban a KEO quienes lo encuentren cuando vuelva por acà. Gracias

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